El 28 de diciembre terminaba el Festival de
Gadhimai considerado uno de los mayores sacrificios religiosos de animales del
mundo. Se realiza en el distrito Bara, al sur de Nepal. El Festival dura un mes y se cebra cada cinco
años. Como homenaje a la diosa hindú Gadhimai, la diosa del poder, se sacrifican búfalos, pollos, cabras, ratas y
palomas.
El evento se encuentra entre los tres que más animales consume después
de Acción de Gracias y la matanza ritual musulmana de Eid al-Adha.
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En la realización del Eid al-Adha la tradicción dicta que los animales deben ser desangrados hasta su muerte. |
A pesar de la orden que emitió el Gobierno de
Nepal prohibiendo la filmación del Festival, Igualdad Animal ha realizado un
vídeo que recoge lo sangriento que puede ser este evento. “Desde Igualdad Animal respetamos la libertad de credo,
pero creemos que la tradición y la religión no pueden justificar causar daño a
los animales. La presión internacional cada vez es más fuerte y esperamos que
este año sea él último que se realiza esta masacre” declaró la coordinadora de
Igualdad animal en India, Amruta Ubale.
Esta organización mundial que lucha a favor
de los animales introdujo un dron en la celebración con el que pudo hacerse con
las imágenes.
A pesar de la gran cantidad de muertes animales
de este mes la organización ha calculado que los sacrificios animales han
descendido un 69% desde el último festival en 2009.
Aguas danesas teñidas de sangre
En las Islas Feroe, Dinamarca, cada año se caza a cerca de mil
ballenas y delfines en el Grindadráp. Las islas están situadas entre el mar de
Noruega y el océano Atlántico Norte.
Anualmente cientos de calderones o ballenas
piloto y delfines son conducidos desde alta mar hasta las costas danesas para
ser asesinados por la población de las islas. La celebración se caracteriza por
la brutal forma en la que los daneses arrastran a los animales hacia la arena y
las sangrientas decapitaciones de los cetáceos.
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Cada año esta festividad acaba con el 1% de la población de las ballenas piloto. |
El origen de este evento se encuentra en la
necesidad que tenían los habitantes de esta región de las proteínas que
contiene la grasa de las ballenas. Pero en la actualidad, el comercio con EEUU
y Europa permite a la población de las Islas Feore subsistir sin necesidad de esta
matanza.